miércoles, 17 de marzo de 2010

DEDICADO A ANELÍS




16 de Marzo de 2010

El viaje toca a su fin. Después de trabajar toda la mañana, vamos a comer un arroz cantonés y ceviche. Tengo que despedirme de mi familia de estos días. La pequeña Anelís está despierta. Tras dar un “piojo” de regalo a Rosa y Dariana y una pulserita a Yamara, me lanzo directa a ver a la chiquita.

Aquellos que me conocen saben de sobra que mi instinto maternal es inexistente y que, a estas alturas de mi vida y llegando al momento en el que el arroz pasa de estar en su punto a quedarse seco, no tengo ni tiempo ni ganas de ser mamá (porque lo de no tener pareja no supone ninguna limitación).

Pero aquella niña me sacudió algo: no el instinto de ser mami, pero sí un sentimiento de ternura que no sentía desde que mi coquito vino a este mundo. Aquella niña de ojos oscuros y vivos que me miraba dedicándome una sonrisa. Aquella niña que me tiraba del pelo o agarraba mi dedo con su pequeña manita, que se llevaba los deditos a la boca a falta de chupete para dormir. Aquella niña me regaló los momentos más especiales y emotivos de mi estancia en este lado del charco. Y ha habido muchos especiales, pero ninguno cargado de tanto amor y tanta dulzura como este. Y Glenda, mi “mamá nica”, sabía por su mirada cómplice lo que estaba sintiendo en aquellos momentos.

Dedicado a Anelís.

1 comentario:

  1. Que imágenes más preciosas mi niña!!! Quien te iba a decir a tí que una pequeñiata te iba a arrancar ese sentimiento, como me alegro de que haya sido así. Con las fotos, personalmente se ma han saltado de nuevo las lágrimas, una tras otra. Que maravilla, que puedas estar allí y sentir eso. Es como lo de los perros, estas superando tus miedos, ¿no crees? Ya estarás camino de España, con un montón de experiencias que contar y nosotras con muchas ganas de escuchar!!! Madre que rápido ha pasado el tiempo ya, que estas aquí con nosotras de nuevo en nada!!!

    Te echamos de menos flaquita!!!!

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