martes, 23 de febrero de 2010

Pisando tierra Nica


20 de Febrero de 2010

6:00 am. Amanece un día tranquilo, algo nublado desde la ventana, pero los transeúntes que caminan por la plaza llevan manga corta (dato curioso, teniendo en cuenta que hace dos días, al otro lado del charco, el abrigo no era suficiente). Después del madrugón (aquí ya hay luz a esas horas), subimos a la 5º planta a desayunar (qué mal suena esto, me recuerda a los hospitales...). Pero el desayuno que allí nos espera es impresionante: tostadas, bollería, gallopinto, tortillas (como unas tortitas o crêpes), fruta (mucha fruta, mamá! me estoy poniendo ciega a piña, cuando regrese a casa no voy a tener excusa...).

A las 8:00 am entrego el tótem de jefa de día a Mari Jose. Todos al bus para dirigirnos a Nicaragua, atravesando toda Costa Rica por su vertiente occidental. El ambiente está tranquilo, supongo que cada uno está absorto en sus pensamientos, escrutando cada detalle que el paisaje ofrece a nuestros ojos (mami qué de flores, si estuvieras aquí seguro que acabarías en chirona por hurto de tallos jajaja). De fondo suena el disco oficial de "Gansinos", una recopilación de canciones especiales de cada uno de nosotros. Suenan los primeros acordes de "Semilla en Tierra" (del maestro Carlos Chaouen)y no puedo evitar acordarme de tí, Piru (me hubiera encantado compartir contigo esta aventura), y mis ojos se nublan... ( )

Primera parada, 9:50h (16:00h al otro lado del charco). Un barecillo con una terraza y unas vistas preciosas, pero no tienen "Toña" (la cerveza de Nicaragua), ni ninguna otra. Aquí no hay tradición de caña y pintxo. Continuamos veinte minutos más y volvemos a hacer la parada de obligado cumplimiento. 11:00 am. ¿Qué mejor parada que Puntarenas? Mágico. Olor a sal, montañas al fondo, barcos y el Pacífico envolviéndolo todo. Después de diez años sin pisar una playa el destino, mi destino, me regala esta maravillosa mañana. Nos conceden una horita para disfrutar del momento. Mientras el grupo se da un chapuzón, yo sumerjo los pies descalzos en la arena y dejo que las olas salpiquen mis piernas !Qué sensación de libertad! Después unas cuentas fotos con mensaje: para mami y para mis compis de UP.

Colores, flores, paz, música,... justo lo que necesitaba para olvidarme por un instante de mi estresante vida ("me estás estresandooo"!!). A las 12:20h ponemos rumbo a Liberia. Está previsto comer allí, pero la hora del Pacífico retrasa el viaje. Paramos en otro de esos lugares idílicos que abundan por aquí. Comida: un arroz con camarones que estaba delicioso (aquí el arroz es un alimento básico que acompaña todos los platos).

De nuevo en el bus unos duermen, otros charlan, otros se dejan llevar por el paisaje y otros nos marcamos un playback de Julietta Venegas (a la vuelta tendremos que hacer un grupo: LOS GANSINOS'BAND.

A las 17:00 pm llegamos a la aduana "Peñas Blancas". En fila india hacemos un kit-kat de una hora para poner el sellito. Por no variar, amenizamos a los que esperan. Vuelta al bus, vamos con retraso. Estoy ansiosa por llegar al Centro, ducharme y visitar al "señor Roca" (el baño del bus se mueve demasiado...). A las 18:00pm "Gansinos" pisa tierra nica. Parece mentira después de tantas y tantas horas de vuelo y carretera. La emoción va en aumento, en el Centro de Ticuantepe nos esperan.

21:00pm. Llegamos. Recibimiento con mariachis, cena típica "Caballo Bayo": gallopinto, guacamole, tortillas, pollo, carne de res, plátano frito, Toña,... y para terminar unas copillas de "Flor de Caña", acompañadas de canciones donde todos participamos. Para no variar... se me vuelve a escapar la lagrimilla...

I love Nicaragua



lunes, 22 de febrero de 2010

Vuelo 6313 Madrid-San José de Costa Rica






19 de febrero de 2010


3:30 am. Navalmoral de la Mata. Una estación de servicio a las afueras. En el coche de Mari Ángeles, ella, sus padres, Sil y yo liándome un cigarrino light.Una pareja de la Guardia Civil se acerca. "Han visto algo extraño". Igual pensaban que estábamos haciendo el negocio del siglo y yo, lía que te lía mi cigarrino. Llega el autobús procedente de Badajoz: abrazos, besitos y caras de alegría (yo pienso en mami, la pobre se fuer llorando y no pude contener la lagrimilla).

Continuamos rumbo a Madrid, todos duermen (o al menos eso creo yo, que planché la oreja desde el primer momento). Abro el ojillo en la puerta de entrada de Barajas, 6:00 am. Por cierto, hoy me han pasado el relevo, el tótem que identifica al jefe de grupo (no me podía haber tocado otro día peor...). Eso significa que tengo que estar pendiente del grupo, que no me falte nadie, tener mil ojos y ser una "coordinadora" más. Mi estado de ansiedad aumenta de manera proporcional al paso del tiempo (y los que me conocéis ya sabéis que no necesito mucho...jejeje). LLegan los pasos de rigor: facturar, pasar por el escáner,... Me viene a la cabeza el anuncio de TV donde aparece Enrique Iglesias en paños menores arrastrándose por la cinta con su slip y un reloj... Cuando tengo que quitarme las botas, todas las chaquetas que llevo en plan cebolla me dan ideas de hacer lo mismo.

Aún quedan muchas horas para el embarque.

A las 12:00 am embarcamos. Cada uno está repartido por una punta. Yo presidiendo,por no variar, primera fila al lado de un hondureño y una pareja de holandeses. Varios asientos detrás, la mayoría de Gansinos vuelan juntos (en V, como tiene que ser) y, para cerrar la brigada, el Diablo.

A pesar de ser un viaje largo (doce horas na menos), no se me hace demasiado pesado. Duermo la mayor parte del tiempo, despertando sólo para comer. De vez en cuando recorro el pasillo hasta el final con mi compañera de batallas Solete, echamos un parlao con el azafato que cree que somos andaluzas y por no variar, amenizamos el viaje (como buenos extremeños, que nos sobra la gracia jajaja).

17:20 pm. Al fin tomamos tierra en San José de Costa Rica. Según el grupo el aterrizaje fue forzoso y brusco... yo realmente los he tenido peores. LLegamos al Gran Hotel Costa Rica a las 18:00 horas. Soltamos los bártulos, duchita con agua caliente y a cenar. El festín que nos espera me hace olvidar el cansancio del viaje: carne de res, pollo, ensalada, tiramisú y no sé cuántas cosas más (tengo un problema con la comida y es que mi ogro nunca se ve saciado).

Después salimos a dar una vueltecita por los alrededores. En un bar con una decoración estilo rústico (con tazas de china colgando del techo, ristras de cebollitas, cuadros llenos de color,...), tomamos nuestra primera copita de "Flor de Caña".

Al llegar al hotel, nos espera una aventura más. Laurina, que se había quedado en la habitación dormía profundamente cuando Sole y yo llegamos. Aporreamos la puerta una y otra vez y, ante la posible revolución del resto de bellos durmientes barajamos la idea de compartir habitación con Samuel y Oliver (qué peligro y qué susto para Ramón cuando volviera!). Al final decidimos bajar a recepción para que nos abrieran la puerta.

Después de tantas idas y venidas, por fin, apagamos la luz...

miércoles, 17 de febrero de 2010

Mañana


Mañana a estas horas me habré despedido de tod@s, incluso de los que se encuentran lejos y no he podido abrazar. Mañana a estas horas estaré nerviosa, emocionada, escondiendo la lagrimilla delante de los papis (porque aunque no lo digan, yo sé que tienen miedo). Mañana a estas horas diré adiós a la niña que viste mi cuerpo porque sé que cuando regrese el armazón será el mismo, pero la niña habrá descubierto otra forma de ver el mundo y ya nada volverá a ser como antes de este momento.

Mañana, a estas horas, dedicaré más de un minuto a aquell@s personas especiales que forman parte de mi vida: a aquellas que van a enfrentarse a un reto importante y no podré estar a su lado para darles un abrazo cuando todo acabe; a mi coquito, mi pequeña, que cumplirá seis años y no podré celebrarlo; a mis abuelos, que no acaban de entender que quiera cruzar el charco para ver miserias,... (quizá eso es lo que necesita el mundo: que seamos conscientes de las miserias); a mis compañeros de trabajo, que han aportado su granito de arena para que pueda embarcarme en esta aventura (gracias, chicos UP, sois los mejores), y, en definitiva, a todas aquellas personas que, de alguna manera, han estado a mi lado durante estos últimos meses. GRACIAS.


Próxima estación: Nicaragua

lunes, 15 de febrero de 2010

Cuatro...

Hola de nuevo! Ya va quedando menos y los nervios se palpan en el ambiente... y en mi tripilla...
Lunes, ya de vuelta al trabajo y la rutina diaria. Ayer regresé de Jerte. !Vaya fin de seman!! El lugar idílico, la comida mu rica y la fiesta de disfraces sin palabras. Pero hacía mucho tiempo que no pasaba tantísimo frío (cinco mantas y dos nórdicos... y aún habría aceptado alguna más).
Como adelanté en mi anterior post, este finde estaba dedicado a los últimos preparativos del programa: información sobre el viaje, vuelo, equipaje, planning del mes,... Y presentar los proyectos individuales.
Sinceramente, me encantó presentar el mío (ya pondré alguna fotito cuando las descargue, que aún no he tenido tiempo). Era divertido, infantil, tierno,... Pero sin duda alguna, lo que más me gustó fue ver las caras de esos catorce niñ@s, compañer@s míos, que van a ser los protagonistas de mis cuentos. Caras que representaban una mezcla de asombro y de nostalgia porque, por un breve momento, volvieron a ser los niños que aún esconden muy dentro y que sale en contadas ocasiones. Así que gracias por formar parte de este proyecto que, sin duda alguna, os robará un pedacito a cada un@.
PD: por cierto, que estuvieron los de la TV porque van a hacer un programilla de "Cooperantes por el mundo"... algo así. Y de verdad... visto desde dentro... lo de la tele es un rollo (pero si nos dan publi aceptamos barco jejeje).
Quizá la próxima vez que escriba lo haga desde el otro lado del charco. Muchos bes@s a todas aquellas personas de las que no me he podido despedir. Sé que a la vuelta estaréis deseando que os cuente todo, todo, todo y os ponga los dientes largos con fotos maravillosas.
Os quiero.

viernes, 12 de febrero de 2010

Siete...

Sólo quedan siete días. Parece mentira cómo ha pasado el tiempo. Esta tarde tomaré el rumbo hacia Jerte, último fin de semana de formación, último fin de semana antes de partir... Estoy segura de que va a ser intenso, como todos los anteriores. Ha sido un trabajo muy duro que ha exigido estar a la altura de las circunstancias sin bajar la guardia. Hemos hecho de todo: trabajar la dinámica del grupo, las normas, el sentimiento de pertenencia,... Se han definido los proyectos individuales y el grupal (que será una sorpresita). Ha habido tiempo para descansar, hacer turismo rural, desconectar, conocernos más,...
Este fin de semana presentaremos nuestros proyectos. Creo que al final el mío me va a camelar... o al menos eso he intentado durante estos días. La presentación tiene gracia, creatividad, información y mucho, mucho cariño y horas que he robado a mi tiempo de descanso.
Tengo ganas de volver a ver al grupo porque todos ell@s son personas excepcionales que tienen mucho que enseñar y ofrecer.
Y, por ahora, no tengo más que contar. Estos días buscaré un momento para seguir escribiendo e informando.
Saludos a todos los que seguís este cuaderno de bitácora.

domingo, 7 de febrero de 2010

¿Qué hago ahora conmigo?


Ojalá pudiera dejar de darle vueltas a mi dichosa cabeza. Estoy en crisis, pero crisis existencial. Estoy desmotivada, rebelada, medio llena (por no decir casi vacía...), con todo este tema de proyectos. Y lo peor es que aún no sé qué voy a hacer. Sólo hay una cosa clara y es que tengo que hacerlo, sí o sí.

Por una parte, mi Laura angelito me dice: "Adelante, puedes hacerlo. Deja volar la imaginación como haces siempre y crea castillos en el aire para darles forma".

Por otra parte, mi Laura demonio sigue pinchándome con su tridente cada dos minutos para preguntarme: "¿estás segura de que es lo que quieres hacer? ¿no te gustaría hacer otra cosa?".

Y ha llegado un momento en el que el nivel de saturación e indecisión es tan grande que necesito sacarlo fuera. Necesito liberar mi cabeza aunque sea por momentos y no pensar más. Hacía mucho tiempo que no realizaba ese ejercicio de mirar pa´dentro, de analizarme las entrañas, de buscarme las cosquillas, de luchar contra lo que quiero pero no quiero...STOP.

Voy a darme esta semana de plazo para dejar que esta idea de proyecto me camele y me seduzca, poco a poco, que me ofrezca su cara más bella, que despierte de nuevo a mi mus@ y me enamore de tal manera que no tenga la más mínima intención de dejarle escapar.

Y si este tiempo es insuficiente... volveré a darle vueltas a la misma pregunta: "¿Qué hago ahora conmigo?".


sábado, 6 de febrero de 2010

Un cuento sobre Gansinos

Érase una vez, en un país muy lejano, un lugar muy pequeñito llamado Extremadura. Y érase una vez, en esa Extremadura, quince niños de quince pueblos, que soñaban con hacer realidad un sueño, su sueño...

Laurina era una de las más pequeñas. Le gustaba jugar y aprender de los niños y siempre estaba de un lado a otro con su grito de guerra: !oeeeeeeee!!!!! !eoooooooo!!!!!!!!! contestaba el resto. Y comenzaba a cantar y a bailar para que los demás hicieran lo mismo.

La otra pequeñina era Katy. Aunque era de un pueblo de Extremadura, hablaba como una sevillana. Recordaba a Lola Flores. Cuando quería estar sola decía: "si me quieren dirse". Era muy graciosa y tenía mucho salero.

Sole parecía más pequeña de lo que era. Tenía una cara muy dulce y de mayor quería ser enfermera. Así que siempre llevaba su bata blanca en la mochila para jugar a los médicos.

Bea también quería ser enfermera. Era muy buena y muy cariñosa, casi casi como una mamá. Seguro que los enfermos estarían muy contentos con ella.

Y la tercera era Marijose. Sus muñecas estaban llenas de tiritas y esparadrapos por todas partes: la frente, las rodillas, los codos,... Y cuando su madre tenía que curarle alguna herida, el botiquín estaba casi vacío.

Sergio era como Papá Noel. Siempre tenía regalos para todos: canicas, golosinas, frutos secos,... Mientras todos jugaban, él siempre estaba pensando en algo nuevo que hacer.

Mariángeles quería ser periodista. Con un palo en la mano, que le servía de micrófono, preguntaba a todos mil y una preguntas, como si fueran personajes famosos.

Sil también quería ser periodista. Sus padres tenían una cámara de vídeo y cada vez que tenía la oportundiad hacía sus pinitos como reportera.

Ramón quería recorrer el mundo en una furgoneta y aprender a hacer pendientes y pulseras para venderlas en los mercadillos medievales de las ferias. Se quería dejar el pelo largo para hacerse unos churros que se llaman "rastas".

Samuel quería ser político y gobernar un país. Era un poco revolucionario. Quería ser mayor para hacer cosas de mayores, como votar.

Irene siempre estaba rodeada de libros. Tenía la estantería de su habitación llena de ellos, ordeandos por orden alfabético. Quería ser bibliotecaria.

A Manolo le gustaba la Historia y veía todos los documentales de la tele. Sabía muchas cosas de otros pueblos lejanes y contaba historias de romanos, de árabes, de reyes y caballeros.

Oliver pasaba casi todo el tiempo con su abuelo. Le encantaba sentarse a su lado a escuchar sus historias y decía que de mayor quería ser tan sabio y tan bueno como él y trabajar rodeado de muchos, muchos abuelos para aprender de ellos.

Eva quería ser de todo: masajista, bailarina de danzas africanas, reportera,... Siempre inventaba bailes para hacer en el recreo y dirigía a todas sus amigas.

Y Laura quería ser muchas cosas... pero al final decidió ser payasina, payasina por naturaleza. Siempre estaba riendo e intentando hacer reír a los demás. Porque estaba segura de que un mundo con risas sería un mundo mejor.

El grupo de niños creció y siguió con su sueño, cada uno con el suyo. Pero llegó un momento en el que algo se interpuso en sus vidas. Algo imporatnte que les cambiaría para siempre. Una aventura de la que aprenderían más de lo que habían aprendido en la escuela y en todos los libros de todas las bibliotecas: un viaje a Nicaragua.

Habían oído hablar tantas y tantas historias de lo que había al otro lado del océano que quisieron comprobar por ellos mismos si era real. Así que los quince niños decidieron cruzar el charco y conocer el mundo: Sole con su bata blanca, Marijose con sus tiritas, Bea con una mochila cargada de cariño, Katy con su gracia y salero, Laurina con sus juegos y su grito de guerra, Sergio con el saco que robó a Papá Noel, Mariángeles con su libreta en mano, Sil con la cámara, Ramón con sus pendientes y sin furgoneta (que todos sabemos que no flotan), Samuel con sus ideas revolucionarias de cambiar el mundo, Irene con sus libros, Manolo con las historias para antes de dormir, Oliver con la sabiduría de los mayores, Eva con sus múltiples facetas y Laura con su risa.

Y colorín, colorado... la historia aún no ha acabado.


Gracias chic@s por lo que sois y lo que representáis. Espero que este cuento os acompañe y os haga sentir niñ@s de vez en cuando. Un beso a tod@s.

Comienza la cuenta atrás

A falta de 13 días para irme a Nicaragua, parezco una niña chica la noche de Reyes. Tengo en la tripa una especie de pastilla efervescente que me hace moverme más aún de lo que ya lo hago. Nervios, dirían los médicos.

Este fin de semana la formación ha sido en Valencia de Alcántara. Después de varias horas de coche y casi ya en la frontera de Portugal encuentré el Albergue. Al llegar, dos noticias que no esperaba, dos bajas en el grupo que me han entristecido: Lino (mi pequeña garrapata, qué tarde en el parque!) y Juanfran (que me quedé con las ganas de conocerle más para que cambiara la imagen que tenía de mi como tía "chunga"). Pero estas dos noticias conllevaban dos buenas, dos altas más en el grupo que también me han alegrado: Irene y Mari Jose.

Estos días están siendo bastante durillos. Estamos trabajando en el proyecto que vamos a realizar a la vuelta. La cabeza llena de ideas, propuestas inviables, ilusiones que se vienen abajo y sueños a lo grande. He cambiado mi idea de proyecto por todo lo anterior. Mi nueva propuesta es más fácil, más simple, menos impactante... pero creo que puedo meterme en el bolsillo a los más pequeños, porque mi proyecto está dirigido a ellos, a las nuevas generaciones, semillas que serán fruto el día de mañana. Y como creo que toda sensibilización debe partir de una base, haré un homenaje a esos pequeños diablillos para que en un futuro conozcan un mundo más allá de su país, sean críticos con la sociedad en la que viven y aprendan que el compartir es el mayor regalo de los hombres.

Hasta la próxima.